La Tierra es un planeta dinámico y tormentoso que tiene de todo, desde tormentas breves y estruendosas hasta enormes y furiosos huracanes, los cuales son algunas de las más poderosas y destructivas tormentas de nuestro mundo.
Pero otros planetas también tienen nubes de tormenta, rayos e incluso cierto tipo de lluvia.
Hagamos un recorrido por algunas de las inusuales tormentas de nuestro sistema solar y más allá de él.
1. Mercurio: Posibilidad de lluvias de micrometeoroides matutinos y “tornados” magnéticos
¿Qué te parece una lluvia de micrometeoroides para comenzar el día? Mercurio, el planeta más cercano al Sol, es abrasadoramente caliente, con temperaturas diurnas de más de 450 °C (842 °F). También tiene una débil gravedad (apenas un 38% de la gravedad de la Tierra), lo que hace que le sea difícil aferrarse a una atmósfera.
Su casi nula atmósfera significa que Mercurio no tiene drásticas tormentas, pero sí posee un extraño patrón de condiciones meteorológicas: recibe ráfagas de micrometeoroides, o pequeñas partículas de polvo, generalmente por la mañana.
Asimismo, tiene tornados magnéticos (retorcidos manojos de campos magnéticos que conectan el campo magnético del planeta con el espacio). La nave espacial MESSENGER de la NASA se enfrentó a tornados magnéticos durante su segundo sobrevuelo de Mercurio, el 6 de octubre de 2008.
2. Venus: El casi mellizo de la Tierra es un completo desastre
A menudo, a Venus se lo llama el mellizo de la Tierra porque ambos planetas tienen un tamaño y una estructura similares. Pero Venus es el planeta más caliente de nuestro sistema solar, con más de 427 °C (800 °F) bajo una sofocante capa de nubes de ácido sulfúrico y una atmósfera demoledora.
A eso hay que agregarle que Venus tiene relámpagos, quizás más que la Tierra. “Con seguridad, no es un muy buen lugar para ir de vacaciones”, dijo Christopher Russell, un científico patrocinado por la NASA en la misión Venus Express de la Agencia Espacial Europea. Este equipo descubrió los relámpagos.
Bajo la luz visible, Venus parece tener un color blanquecino-amarillento brillante debido a sus nubes. A principios de este año, investigadores japoneses descubrieron en las nubes una estructura gigante similar a una mancha, según las observaciones que realizó la nave espacial Akatsuki que orbitó Venus.
3. La Tierra: Probable peligro de múltiples tormentas
La Tierra tiene montones de tormentas que incluyen relámpagos, nieve y tornados. Los tornados pueden acarrear vientos de más de 483 kilómetros por hora (300 millas por hora) y son capaces de causar intensos daños localizados.
Pero ninguna tormenta iguala a los huracanes en tamaño y en escala de devastación. Los huracanes, también denominados tifones o ciclones, pueden durar días y presentar fuertes vientos que se extienden a lo largo de 1.086 kilómetros (675 millas). Pueden aniquilar áreas costeras y provocar daños en el interior del continente.
Uno de los huracanes recientes más potentes fue Michael, que tocó tierra cerca de Mexico Beach, Florida, el 10 de octubre de 2018, con vientos de 257 kilómetros por hora (160 millas por hora). Michael fue el cuarto huracán registrado que tocó tierra en Estados Unidos como Categoría 5.
4. Marte: Brumoso, con probabilidad de tormentas de polvo
Marte es famoso por sus intensas tormentas de polvo, incluyendo algunas que se expanden hasta cubrir el planeta. En 2018, una tormenta de polvo global cubrió al explorador Opportunity (Oportunidad, en español) de la NASA, el cual ha marcado récords; esto terminó con la misión después de 15 años en la superficie del planeta rojo.
Marte tiene una delgada atmósfera compuesta principalmente por dióxido de carbono. Para el ojo humano, el cielo parecería brumoso y rojizo o del color de una mezcla de azúcar y mantequilla debido al polvo suspendido en el aire.
El polvo será también un tema a considerar en las futuras misiones a Marte. Podría afectar los sistemas electrónicos y mecánicos, así como la salud de los astronautas, aunque las tormentas de polvo en Marte no son en verdad tan intensas como la que provocó que el astronauta Mark Watney (Matt Damon) de la película “The Martian”, de 2015, quedara atrapado en el planeta.
Además de la Tierra, Marte es el único planeta que cuenta con una estación meteorológica. El módulo Insight de la NASA envía actualizaciones diarias desde la planicie Eliseo (Elysium Planitia), ubicada cerca del ecuador del planeta.
5. Júpiter: Un ícono que se encoge
Es una de las tormentas más famosas del sistema solar: la Gran Mancha Roja de Júpiter. Se ha propagado durante al menos 300 años y alguna vez fue lo suficientemente grande como para tragarse a la Tierra, con espacio de sobra. Pero lleva encogiéndose un siglo y medio. Nadie sabe con seguridad, pero es posible que la Gran Mancha Roja finalmente desaparezca.
La nave espacial Juno de la NASA está proporcionando a los científicos nueva información sobre la tormenta. “Los datos que brinda Juno indican que la tormenta más famosa del sistema solar es casi tan ancha como una Tierra y media y penetra alrededor de 322 kilómetros (200 millas) en la atmósfera del planeta”, señaló Scott Bolton, el principal investigador de Juno.
En el siglo XX, tres óvalos más pequeños se fusionaron para formar la Pequeña Mancha Roja, de aproximadamente la mitad del tamaño de su parienta, que tiene mayor envergadura. Sin superficie sólida que las frene, las manchas de Júpiter pueden sobrevivir durante muchos años.
6. Saturno: Un paraíso para los cazadores de tormentas
Saturno tiene una de las características atmosféricas más extraordinarias del sistema solar: un patrón de nubes con forma hexagonal en su polo norte. El hexágono es una corriente en chorro de seis lados con vientos de alrededor de 322 kilómetros por hora (200 millas por hora). Cada lado es algo más ancho que la Tierra y en su interior podrían caber varios planetas Tierra. En medio del hexágono se encuentra lo que parece un ombligo cósmico, pero que en verdad es un enorme vórtice que se parece a un huracán.
Los cazadores de tormentas tendrían una gran oportunidad en Saturno. Parte del hemisferio sur fue apodado “callejón de las tormentas” por los científicos de la misión Cassini de la NASA debido a la frecuente actividad de las tormentas que la nave espacial observó allí. Las tormentas pueden durar años, así que no hay prisa por atraparlas. Al menos una tormenta se atrapó a sí misma: en 2010 y 2011, los científicos fueron testigo de una tormenta que azotó al planeta hasta que se consumió por su propia cola.
7. Titán: Lluvia de metano y tormentas de polvo
La Tierra no es el único planeta de nuestro sistema solar que tiene líquido en su superficie. Titán, la luna de Saturno, posee ríos, lagos y grandes mares. Es el único mundo, además de nuestro planeta, que tiene un ciclo de líquidos como el ciclo del agua en la Tierra, donde la lluvia cae de las nubes, se desplaza por la superficie, llena lagos y mares y se evapora hacia el cielo. Pero, en Titán, la lluvia, los ríos y los mares están compuestos de metano, en vez de agua.
Datos proporcionados por la nave espacial Cassini también revelaron lo que parecen ser gigantes tormentas de polvo en las regiones ecuatoriales de Titán, lo que la convierte en el tercer cuerpo del sistema solar, además de la Tierra y de Marte, en donde se han observado tormentas de polvo.
Urano: Una tormenta polar y… ¿qué es ese olor?
Los científicos estaban tratando de armar el rompecabezas de las nubes en el gigante gaseoso: ¿De qué estaban hechas? Cuando Voyager 2 lo sobrevoló, en 1986, observó algunas nubes. (Esto se debió, en parte, a la espesa neblina que envuelve al planeta, así como a las cámaras de Voyager, que no estaban diseñadas para observar a través de la bruma en luz infrarroja.) Pero en 2018, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA tomó una imagen que muestra una vasta y brillante nube de tormenta sobre el polo norte de Urano.
También en 2018, usando el telescopio Gemini Norte, ubicado en Mauna Kea, Hawái, descubrieron que las nubes de Urano están compuestas por sulfuro de hidrógeno, el apestoso gas que da olor a huevo podrido.
9. Neptuno: Nubes de metano y tormentas que desaparecen
Neptuno es el mundo más ventoso de nuestro sistema solar. Los vientos azotan las nubes de metano congelado en todo el gigante helado a velocidades de más de 1.931 kilómetros por hora (1.200 millas por hora); esto es aproximadamente nueve veces más rápido que los vientos de la Tierra.
Neptuno tiene enormes sistemas de tormenta. En 1989, Voyager 2, de la NASA, divisó dos tormentas gigantes en Neptuno cuando la nave espacial pasaba a toda velocidad por el planeta. Los científicos las llamaron “La Gran Mancha Negra” y “Mancha Negra 2”.
Pasados cinco años, en 1994, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA tomó imágenes de Neptuno desde su ubicación privilegiada orbitando la Tierra. Los científicos esperaban ver nuevamente las tormentas, pero ambas habían desaparecido. Ahora creen que surgen nuevas tormentas en Neptuno cada de cuatro a seis años, y que cada tormenta dura hasta seis años.
10. Más allá de nuestro sistema solar: No somos solo nosotros - El clima extremo en otro sistema solar
Usando el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, los científicos confeccionaron un mapa global del brillo de un planeta turbulento fuera de nuestro sistema solar. Las observaciones muestran que el exoplaneta, llamado WASP-43b, es un mundo de extremos. Tiene vientos que lo azotan a la velocidad del sonido, desde el lado “diurno”, a 1.648 °C (3.000 °F), hacia el lado “nocturno”, negro como el carbón, donde las temperaturas descienden por debajo de los 538 °C (1.000 °F).
Descubierto en 2011, WASP-43b está ubicado a 260 años luz de distancia. Tiene casi el mismo tamaño que Júpiter. El planeta está demasiado distante para ser fotografiado, pero los astrónomos lo detectaron observando reducciones de la luz de su estrella madre cuando el planeta pasa frente a ella.